Visita de la reina de Sabá*

V1

La reina de Sabá oyó la fama de Salomón y su relación con el Nombre del Eterno, y vino a probarlo con preguntas.

01-1190

Al llegar al fin de su visita, la reina había sido cabalmente enseñada por Salomón con respecto a la fuente de su sabiduría y prosperidad, y ella se sintió constreñida, no a ensalzar al agente humano, sino a exclamar: "Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, y te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia". Tal era la impresión que Dios quería que recibiesen todos los pueblos Profetas y Reyes, págs. 48, 49

V2

Vino a Jerusalén con una gran comitiva, con camellos cargados de especias, oro en gran abundancia y piedras preciosas. Cuando llegó, habló con Salomón todo lo que traía en su corazón.

V3

Y Salomón respondió a todas sus preguntas. Nada hubo que no le respondiera.

V4

Cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón, la casa que había edificado,

V5

la comida de su mesa, la habitación de sus oficiales, el estado y vestido de sus servidores, sus maestresalas y los holocaustos que ofrecía en el templo del Eterno, se quedó asombrada.

V6

Y dijo al rey: "Es verdad lo que oí en mi tierra de tus cosas y tu sabiduría.

V7

"Pero yo no lo creía, hasta que vine, y mis ojos han visto que no me dijeron ni aun la mitad. Es mayor tu sabiduría y tu bien que la fama que yo había oído.

V8

"Dichosos tus hombres y tus siervos, que están continuamente ante ti y oyen tu sabiduría.

V9

"El Eterno tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque el Eterno amó siempre a Israel, te ha puesto por rey para que administres derecho y justicia".

V10

Y ella dio al rey 120 talentos de oro (4.080 kgs), mucha especiería y piedras preciosas. Nunca vino tan grande cantidad de especias, como las que la reina de Sabá dio al rey Salomón.

V11

La flota de Hiram que había traído el oro de Ofir, trajo también de Ofir mucha madera de sándalo y piedras preciosas.

V12

De la madera de sándalo el rey hizo barandas para la casa del Eterno y las casas reales; también arpas y salterios para los cantores. Nunca vino tanta madera de sándalo, ni se ha visto hasta hoy.

V13

Y el rey Salomón le dio a la reina de Sabá todo lo que quiso; todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio. Y ella volvió a su tierra con sus criados.

Riqueza de Salomón

V14

En oro Salomón recibía de renta cada año 666 talentos (23 ton),

V15

sin contar lo que recibía de los mercaderes, del comercio de especias con todos los reyes de Arabia y los principales de la tierra.

V16

Además, el rey Salomón hizo doscientos escudos grandes de oro batido, de seiscientos siclos cada escudo (6 kgs).

V17

Hizo también trescientos escudos de oro batido, de tres libras de oro (1,5 kg). Y los puso en la casa del bosque del Líbano.

V18

Además el rey hizo un gran trono de marfil, que cubrió de oro purísimo.

18-27-1191

Muchos envidiaban la popularidad y la abundante gloria de Salomón, pensando que debía haber sido el más feliz de todos los hombres. Pero en medio de toda aquella gloria de ostentación artificial, el hombre envidiado es quien es más digno de compasión. Tiene el rostro oscurecido por la desesperación. Todo el esplendor que lo rodea no es para él más que un remedo de la congoja y angustia de sus pensamientos, a medida que repasa su vida malgastada en la búsqueda de la felicidad por medio de la complacencia y la satisfacción egoísta de cada deseo ST 7-2-1878

V19

Seis gradas tenía el trono. La parte superior del respaldo era redonda.  El asiento tenía brazos a los dos lados, junto a ellos colocó dos leones.

V20

Hizo también doce leones de pie que colocó sobre las seis gradas, de uno y otro lado.  Ningún otro reino había hecho un trono semejante.

V21

Todos los vasos de beber del rey Salomón y toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano eran de oro fino.   Nada era de plata, en el tiempo de Salomón la plata no era apreciada.

V22

Porque el rey tenía la flota que salía al mar, a Tarsis, con la flota de Hiram. Una vez cada tres años volvía la flota de Tarsis; y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

V23

Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la de la tierra en riqueza y sabiduría.

V24

Toda la tierra procuraba ver la cara de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.

V25

Y todos le llevaban cada año sus presentes: Alhajas de oro, de plata, vestidos, armas, aromas, caballos y mulos.

Carros de guerra de Salomón

V26

Salomón juntó carros y gente de a caballo. Tenía 1.400 carros, y 12.000 jinetes, que puso en las ciudades de los carros y con él en Jerusalén.

V27

El rey consiguió que en Jerusalén la plata fuera tan abundante como las piedras, y los cedros como los cabrahigos del campo.

V28

Traían a Salomón caballos y lienzos, que los mercaderes del rey compraban de Egipto.

V29

Importaban de Egipto, el carro por seiscientas piezas de plata (7 kgs), y el caballo por ciento cincuenta (1.7 kg).  Así los adquirían por medio de ellos los reyes hititas y sirios.

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