V1

En los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó, el Señor mandó a Moisés:

V2

"Manda a los israelitas que de su herencia den a los levitas ciudades en que habiten. También les daréis los ejidos que rodean esas ciudades.

V3

"Y tendrán esas ciudades para habitar, y los ejidos para sus animales, su ganado y sus otras bestias.

V4

"Los ejidos de las ciudades que daréis a los levitas serán de mil codos (450 mts) alrededor, desde el muro de la ciudad para afuera.

V5

"Luego mediréis fuera de la ciudad al oriente dos mil codos, al sur dos mil codos, al occidente dos mil codos, y la ciudad en medio.  Este será su ejido.

V6

"De las ciudades que daréis a los levitas, seis serán de refugio para asilo del homicida. Además, les daréis 42 ciudades.

V7

"Todas las ciudades que daréis a los levitas serán 48 con sus ejidos.

V8

"Esas ciudades que daréis de vuestra herencia a los levitas, las daréis en proporción a la herencia de cada tribu. De la que tiene muchas, tomaréis más. De la que tiene pocas, tomaréis pocas".

Seis ciudades de refugio

V9

Dijo el Señor a Moisés:

V10

"Di a los israelitas: Cuando hayáis pasado el Jordán a la tierra de Canaán,

V11

"señalaréis ciudades de refugio, donde huya el homicida que por yerro hiera a alguien de muerte.

V12

"Esas ciudades servirán de asilo contra el vengador, para que el homicida no muera antes de presentarse a juicio ante la congregación.

12-579

Las ciudades de refugio destinadas al antiguo pueblo de Dios eran un símbolo del refugio proporcionado por Cristo. El mismo Salvador misericordioso que designó esas ciudades temporales de refugio proveyó por el derramamiento de su propia sangre un asilo verdadero para los transgresores de la ley de Dios, al cual pueden huir de la segunda muerte y hallar seguridad. No hay poder que pueda arrebatar de sus manos las almas que acuden a él en busca de perdón. "Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús." "¿Quien es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros," "para que . . . tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos a trabarnos de la esperanza propuesta." (Rom. 8: 1, 34; Heb. 6: 18.) El que huía a la ciudad de refugio no podía demorarse. Abandonaba su familia y su ocupación. No tenía tiempo para despedirse de los seres amados. Su vida estaba en juego y debía sacrificar todos los intereses para lograr un solo fin: llegar al lugar seguro. Olvidaba su cansancio; y no le importaban las dificultades. No osaba aminorar el paso un solo momento hasta hallarse dentro de las murallas de la ciudad. El pecador está expuesto a la muerte eterna hasta que encuentre un escondite en Cristo; y así como la demora y la negligencia podían privar al fugitivo de su única oportunidad de vivir, también pueden las tardanzas y la indiferencia resultar en ruina del alma. Satanás, el gran adversario, sigue los pasos de todo transgresor de la santa ley de Dios, y el que no se percata del peligro en que se halla y no busca fervorosamente abrigo en el refugio eterno, será víctima del destructor. Patriarcas y Profetas pagina 553-554

12-578

No es ahora tiempo para que el pueblo de Dios fije sus afectos o se haga tesoros en el mundo. No está lejano el tiempo en que, como los primeros discípulos, seremos obligados a buscar refugio en lugares desolados y solitarios. Así como el sitio de Jerusalén por los ejércitos romanos fue la señal para que huyesen los cristianos de Judea, así la asunción de poder por parte de nuestra nación [los Estados Unidos], con el decreto que imponga el día de descanso papal, será para nosotros una amonestación. Entonces será tiempo de abandonar las grandes ciudades, y prepararnos para abandonar las menores en busca de hogares retraídos en lugares apartados entre las montañas 2 Joyas de los Testimonios pagina 166

V13

"Dé las ciudades que daréis, seis serán de refugio.

V14

"Tres ciudades daréis de este lado del Jordán y tres en la tierra de Canaán.

V15

"Esas seis ciudades serán para refugio del israelita y del extranjero que viva entre ellos, para que huya allá cualquiera que por yerro hiera de muerte a otro.

V16

"Si lo ha herido con instrumento de hierro y muere, es homicida. El homicida ha de morir.

V17

"Si lo hirió con piedra que pueda causar la muerte, y muere, es homicida. El homicida ha de morir.

V18

"Si lo hiere con instrumento de palo que pueda matar, y muere, es homicida. El homicida ha de morir.

V19

"El vengador de la sangre matará al homicida, cuando lo encuentre.

V20

"Si por odio lo empuja, o echa sobre él algún objeto por asechanza, y muere;

V21

"o por enemistad lo hiere con su mano y muere, el heridor ha de ser muerto, es homicida. El vengador de la sangre dará muerte al homicida.

V22

"Pero si accidentalmente lo empuja sin enemistad, o sin asechanza echa sobre él algún instrumento,

V23

"o bien, sin verlo, deja caer sobre él alguna piedra que pueda darle muerte, y muere, sin que fuera su enemigo, ni procurara su mal;

V24

"entonces la congregación juzgará entre el heridor y el vengador de la sangre, conforme a estas leyes.

V25

"Y la congregación librará al homicida accidental de mano del vengador, y lo devolverá a su ciudad de refugio, donde se había asilado. Y vivirá en ella hasta que muera el sumo sacerdote ungido con el aceite santo.

V26

"Si el homicida saliera fuera de su ciudad de refugio en la que se protegió,

V27

"y el vengador lo encuentra fuera de la ciudad de su refugio, y el vengador lo mata, no se le culpará por ello.

V28

"Porque el homicida debe quedar en su ciudad de refugio hasta que muera el sumo sacerdote. Después que muera el sumo sacerdote, el homicida podrá volver a la tierra de su posesión.

V29

"Esta será una orden legal por vuestras edades, dondequiera que viváis.

V30

"El que hiera a alguien, por dicho de testigos, ha de morir. Pero un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera.

V31

"No aceptaréis rescate por la vida del homicida, porque es digno de muerte. Irremisiblemente ha de morir.

V32

"Tampoco aceptaréis rescate del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta que muera el sumo sacerdote.

V33

"No contaminaréis la tierra, porque esta sangre profanará la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino con la sangre del que la derramó.

V34

"No contaminéis, pues, la tierra donde habitáis, en la cual yo habito, porque yo, el Eterno, habito en medio de los israelitas".

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